La literatura inglesa en la Edad Media
Como en las demás literaturas occidentales, una de las
primeras muestras poéticas en lengua inglesa es de carácter épico. Al siglo VII pertenecen los poemas Widsith y Beowulf, éste con elementos fantásticos
diseminados en sus cuatro mil versos. Más tarde se escriben otros de contenido
religioso, como Cynewulf, que puede fecharse a mediados del siglo VIII
En las citadas centurias componen en latín varios clérigos,
como Aldhelm (650-709), autor de obras morales, Beda el Venerable (672-735),
excelente historiador, y Alcuino (7307-804), uno de los maestros de la escuela
palatina de Carlomagno en Aquisgrán.
En lengua vulgar, los textos en prosa que se han conservado
consisten en colecciones de leyes, crónicas y homilías. El más interesante es
la Crónica anglosajona, de finales del siglo IX, que ordena redactar Alfredo el
Grande (849-899).
El año de 1066 resulta crucial para la historia de
Inglaterra. En la batalla de Hastings, Guillermo el Conquistador, duque de
Normandía, derrota a Haroldo II y se convierte en dueño del país. Así se
inicia una larga época de influencia francesa en las costumbres, la literatura
y la lengua.
Tras la conquista parece que el ambiente cultural se
paraliza. Renace casi cien años después con poemas de cierta influencia
francesa, como Brut de Layadon, de mediados del siglo xii, versión inglesa de
la obra del francés Wace, y Sir Gawayn and the Grene Knyght (Sir Galvain y el
Caballero Verde), sobre uno de los paladines de la corte del rey Arturo o Artús.
A principios del XIII corresponden baladas de temas populares, como la de Robín
Hood (Robín de los Bosques).
Son todavía anglonormandos, incluso en pleno siglo XIV, John
Gower (13307-1408), compositor de poemas en latín, francés e inglés, y William
Langland (¿1330-1400?), cuya obra más importante se titula Vision Concerning
Piers Plowm (Visión concerniente a Piers Plowman), poema alegórico y religioso.
La obra maestra de la narrativa inglesa medieval son, sin
duda alguna, los Canterbury Tales (Cuentos de Canterbury) de Geoffrey Chaucer
(1340-1400). Escritos hacia 1387, están estructurados de manera similar al
Decameron de Boccaccio: durante una peregrinación de Londres al santuario de
santo Tomás Becket en Canterbury, los peregrinos se relatan historietas para
distraerse. La diferencia esencial entre el Decamerón y los Cuentos de
Canterbury estriba en que en aquél los narradores pertenecen a clase social
elevada, y en éstos a distintos estamentos: caballeros, damas, mercaderes,
eclesiásticos, mendigos, estudiantes, etc. Por este motivo, ofrecen gran
variedad y un amplio cuadro de la vida medieval, puesto que recogen los temas
más diversos. Su actitud, en líneas generales, no es tan mordaz y obscena como
la del Decamerón.
Ultima manifestación importante de las leyendas artúricas en
Inglaterra se tiene en la magna obra de Sir Thomas Malory (14087-1471) titulada
La morte d'Arthur (La muerte de Arturo, 1485), que reúne no sólo las aventuras
de dicho soberano, sino también las de algunos caballeros de la Tabla Redonda
(Lancelot, Perceval), así como la leyenda de Tristán.
No hablo taka taka :v
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